Discalculia – Problemas con las Matemáticas
Extracto abreviado de “Atención, equilibrio y coordinación: el A, B, C del éxito en el aprendizaje”, escrito por Sally Goddard Blythe, de INPP.
Dis significa «dificultad» y calculia se deriva del la palabra latina calculus que significa «piedra». En el contexto original se refería al uso de guijarros que eran utilizados para contar y que más tarde evolucionaron hasta el desarrollo del ábaco. Este uso temprano de las piedras como “herramientas mentales” o representaciones concretas de conceptos, sugieren que durante muchas generaciones se han utilizado las interacciones físicas como una ayuda para apoyar e introducir la comprensión conceptual de los números.
La discalculia describe un retraso evolutivo de un año o más en la adquisición de habilidades matemáticas que incluye:
- Incapacidad de reconocer los símbolos de los números.
- Escritura espejada (direccional).
- Fracaso en el reconocimiento de las operaciones matemáticas involucradas en la resolución de problemas o en la computación (secuenciación de procesos y comunicación inter-hemisférica).
- Incapacidad de recordar las tablas (secuenciación).
- Incapacidad de mantener el orden correcto en el cálculo (vestibular y/o viso-espacial).
La discalculia prevalece más en los niños de un estatus socioeconómico bajo. A diferencia de la dislexia se distribuye de forma equivalente entre sexos y existe una asociación entre partos prematuros y problemas posteriores con las habilidades matemáticas. Badian (1983)i propuso 3 tipos de discalculia:
- Dificultad con las operaciones, como la suma, la resta y la multiplicación.
- Discalculia Atencional Secuencial, por ejemplo, las tablas de multiplicar y los procedimientos secuenciales.
- Discalculia espacial, describe la dificultad en manejar los problemas aritméticos que impliquen muchas columnas o valores de lugar.
Las disfunciones en cualquiera de los dos hemisferios pueden impedir la adquisición de las habilidades numéricas, pero parecen ser más profundas si están presentes en el hemisferio izquierdo. Se ha descubierto que existe una asociación entre la disfunción en el hemisferio izquierdo del cerebro y la dispraxia, el bajo rendimiento en relación a la media en tareas como The Embedded Figures Testi (efecto-figura-fondo), la mala discriminación auditiva y visual y las habilidades de coordinación motora.
Las disfunciones en el hemisferio derecho de un grupo de niños que no mostraban signos de anormalidad estructural en los escáneres cerebrales, se manifestaban como incapacidades grafo-motoras y actuaciones cognitivas y motoras lentas, a pesar de que el desarrollo de la lectura era normal. Síntomas adicionales del disfunciones en el hemisferio derecho del cerebro incluyen: dificultades emocionales e interpersonales, dificultades de adaptación a situaciones nuevas, dificultad para mantener las amistades, tendencia a ser introvertido y tímido, dificultades con el contacto visual, la percepción espacial y la imagery. Algunos de los niños pertenecientes a este grupo también tienen rasgos de TDAH, el cual se ha sugerido que puede ser un efecto secundario de disfunción en el hemisferio derecho del cerebro junto con factores relacionados con el tronco del encéfalo. Muchos de estos síntomas asociados a la disfunción del hemisferio derecho del cerebro pueden darse como resultado de una disfunción en el sistema vestibular y las vías asociadas, que apoyan los procesos de percepción visual en el hemisferio derecho.
Risey y Briner (1990) encontraron una relación entre pacientes con vértigo central y la discalculia, que les impedía realizar ciertas tareas mientras contaban hacia atrás. Los pacientes con vértigo, que es un indicador de un funcionamiento vestibular defectuoso, cometían consistentemente el mismo error cada vez que se les pedía que realizaran la tarea. Reconocían el error si después se lo señalaban pero eran incapaces de no cometerlo cada vez que se les pedía que realizaran la tarea. También tenían problemas con la cálculo mental y el procesamiento auditivo central; los resultados comparados con los sujetos que no padecían de vértigo sugieren que la disfunción vestibular puede afectar a los procesos de secuenciación visual, auditiva y mental.
Referencias Bibliográficas
- Badian NA, 1983. Developmental dyscalculia. In: Mykelbost HR, Ed. Progress in learning disabilities. Grune and Stratton. New York.
- iShalev RS, Weirtman R, Amir N, 1988. Developmental dyscalculia. Cortex 24:555-61.
- Manor O, Amir N, Gross Tsur V, 1993. The acquisition of arithmetic in normal children: assessment by a cognitive model of dyscalculia. Developmental Medicine and Child Neurology 35:593-601.
- Wertmanelad R, Gross-Tsur V, 1995. Developmental dyscalculia and brain laterality. Cortex 31:357-65.
- iWitkin HA, Oltman PK, Raskin E, Karp SA, 1971. Children’s embedded figures test. Consulting Psychologists Press. Inc. Palo Alto. CA.
- iManor O, Amir N, 1995. Developmental right hemisphere syndrome: clinical spectrum of the non-verbal learning disability. Journal of Learning Disabilities. 28:80-6.
- iRiseyJ, Briner W, 1990. Dyscalculia in patients with vertigo. Journal of Vestibular Research.1:31-37.