Reflejos

Reflejos y Dificultades del Aprendizaje

Al nacer, el bebé tiene un control mínimo sobre los movimientos voluntarios. Los reflejos proveen al niño durante las primeras semanas de reacciones esteriotipadas ante ciertos estímulos, pero son rápidamente transformadas en habilidades motoras más avanzadas. Los reflejos tempranos también aportan la posibilidad de entrenar muchos aspectos necesarios para el funcionamiento posterior.

Éstos son sólo algunos de los reflejos que pueden estar involucrados en las dificultades específicas de aprendizaje y en los problemas de comportamiento. Es necesaria la presencia de más de dos reflejos aberrantes antes de considerar un diagnóstico de Inmadurez Nero-Motora:

Los Reflejos Primitivos se desarrollan durante la vida intrauterina y deberían estar totalmente presentes en el momento del nacimiento. Son gradualmente inhibidos por centros superiores del cerebro durante los seis y doce meses de vida post-natal.

Si continúan siendo activados por estímulos mínimos del entorno en la edad escolar, pueden interferir en el desarrollo de capacidades más complejas.

A medida que el cerebro del bebé se desarrolla durante el primer año de vida, las conexiones hacia centros superiores en el cerebro se fortalecen y gradualmente van sustituyendo a las funciones de los reflejos primitivos. A medida que esto ocurre, los patrones tempranos de supervivencia se inhiben o controlan para permitir que se den en su lugar patrones de respuesta más madura (los reflejos posturales).

Los reflejos posturales son la base para el control del equilibrio, la postura y el movimiento en un entorno basado en la gravedad. El desarrollo de los reflejos posturales se refleja en la creciente habilidad del bebé para controlar su cuerpo, su postura y sus movimientos.

Algunos niños fracasan en la conquista de este control durante el primer año de vida y continúan creciendo en una “tierra sin dueño”, donde se pueden observar vestigios de reflejos primitivos y donde los reflejos posturales no se han desarrollado completamente.

Estos niños siguen experimentando dificultades con el control del movimiento que afecta a la coordinación, el equilibrio, las habilidades de motricidad fina, el desarrollo motor y a aspectos asociados con el aprendizaje como la lectura, la escritura y la educación física.

Los reflejos primitivos retenidos también pueden afectar a las percepciones sensoriales del niño, causando hipersensibilidad en unas áreas  y falta de sensibilidad en otras.